Para un pan de 1 kg: 650 g de harina - 2 cucharaditas de sal - 3 dl de agua - 1 cucharadita de azúcar – un chorro de aceite - 30 g de levadura fresca.
Trabajar en un ambiente cálido.
Desleímos la levadura en un bol con el agua tibia, el azúcar y un poco de harina. Dejamos reposar durante 15 minutos.
Juntamos esta masa previa (que habrá doblado en volumen) con la harina y el aceite. Mezclamos bien, añadiendo la sal al final. Pasamos la masa a una superficie enharinada y amasamos a fondo. Dejamos fermentar durante media hora.
Engrasamos el molde, lo cubrimos con la masa, lo tapamos y lo dejamos fermentar nuevamente durante 1 hora. Realizamos unos cortes en la parte superior de la masa.
Horneamos a 225º y al cabo de 20 minutos bajamos la temperatura del horno a 200º para seguir horneando durante otros 30 minutos.
Sacamos el pan del molde y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.